La llegada del Circo Estatal Ruso -aquí llamado Circo de Moscú- a la Argentina en 1966 fue un suceso sin precedentes. Los artistas soviéticos cruzaron por primera vez la Cortina de Hierro para presentarse en un país latinoamericano, en tiempos de la Guerra Fría. El nivel creativo al que habían llegado en el arte circense era insuperable. Hasta que llegó la Perestroika y en los ’90, con el derrumbe del Estado Soviético, ese circo también sucumbió.