Bernardo es un productor cinematográfico que, junto con Samuel y Pedro, están a punto de quedar en bancarrota. Por lo tanto convocan a Juan, un director de renombre, con el fin de tenderle una trampa y comprometerlo a filmar una pésima película que les haga ganar mucho dinero. Laura, su ex novia y agente, lo ayudará con ese guión pésimo, con su paranoia de que si no filma van a matarlo, con su crisis ante la perdida del prestigio conseguido y reirá ante sus ridículos y fallidos intentos de suicidio.