Palabras de la directora
“Vivo a pocas cuadras de la Plaza Once. Acá coincidimos argentinas, bolivianas, paraguayas, venezolanas y peruanas. La convivencia es tensa y desigual y cuando quiero ponerme a escribir una película cuya protagonista es una mujer boliviana de mi edad me doy cuenta de que no tengo idea de quiénes son mis vecinas.
Las mujeres latinoamericanas que llegaron en los años noventa al país ya pasaron en la Argentina más de la mitad de su vida. Sus hijos nacieron acá y están enlazadas íntimamente a esta tierra. Las conocemos todos. Los trabajos que les damos son los que sostienen la vida: acercarnos el alimento, coser el abrigo, limpiar los lugares que habitamos, cuidar a los que queremos. Están inexorablemente atadas a nuestras vidas y sin embargo quienes nacimos acá seguimos sin verlas.
Hacer esta película es el intento de acercarme a mis vecinas, de tratar de saber quién son. El resultado es este: una película que quiere ser un policial, pero no tiene policías y en vez de detective privado tiene una mujer migrante que se escapa de su trabajo para ir tras las pistas. La película también quiere ser de género fantástico pero finalmente se trata de abordar un tema social desde una perspectiva lo más humana posible.”