Palabras de Lucía Cavallotti

“Mi padre, mi tío abuelo y varios hombres de la familia fueron y son pescadores. Sin embargo, mi relación con el río y ese mundo me fueron vedados, me fueron prohibidos. De niña observaba como todos ellos partían a la pesca abrigados, con provisiones y carnada y cuando regresaban a casa eran otros hombres. Estaban sucios, con la barba crecida y olían a río. Traían anécdotas, pescado fresco para comer y una gran sonrisa en sus caras. Gracias a Tulio Mochi pude vivir esa experiencia de ir a pescar y convertirme en una pescadora sucia con olor a río, y con una gran sonrisa en la cara que se refleja en mi mirada en el documental.”