Palabras del director
En Perros del viento retomo la lógica de mis trabajos anteriores, partiendo de personajes, situaciones o hechos singulares de Rosario, la ciudad donde nací, y que constituyen, en suma, lo que suele llamarse “la rosarinidad”. Esta vez tomo como disparador el mito urbano de los perros suicidas del Parque de España, utilizándolo metafóricamente para ahondar en las decisiones que signan el comportamiento humano.
Se trata de personajes que ingresan a una franja etaria en la que comienzan a replantearse qué han hecho de sus vidas y necesitan observar, desde el punto de vista presente, aquellas situaciones que han quedado idealizadas en el pasado.
En definitiva, me interesa hablar de la complejidad de esos vínculos, atravesados por deseos y contradicciones, usando como contexto dramático el fuerte atractivo y la conmoción que despierta el extraño fenómeno.