Fabrice tiene 10 años cuando su pasión por la música provoca accidentalmente la muerte de su madre. 20 años más tarde, la culpa reprime su don natural para tocar el piano y su frustración lo convierte en un ermitaño.
Pero un día irrumpe en su vida Félix, un viejo borracho que tratará de ayudarlo con el pretexto de que es su padre.