Basado en un relato de Bioy Casares, la anécdota pone el acento en la casual y constante desaparición de los obreros de una fábrica, al mismo tiempo que hay empleados
sordomudos dedicados a transportar grandes barriles
metálicos. Como se trata de una usina, los patrones
y sus científicos obtienen la energía eléctrica con crueles conexiones en el cuerpo de las víctimas, hasta la epopeya de su liberación.