Palabras del director

Mi primera motivación a la hora de encarar mi opera prima fue desarrollar una trama policial con tintes dramáticos. Buscaba contar una historia sobre las consecuencias de mirar al pasado a los ojos. Quería una película seca y oscura.

Tenía bastante en claro cómo iba a ser la estructura, pero me faltaba la motivación del protagonista y el contexto. Una noche vi un documental italiano que denunciaba el abuso de agroquímicos en Argentina, y ahí hice el click. Me interesé en el tema y decidí que podía ser el giro que necesitaba mi historia.

Leí muchos testimonios verídicos, que fueron el disparador de la trama B, la que terminó siendo la base del trauma del protagonista.

Así nace Legitima defensa, un thriller ambientalista que investiga un ecosistema corrupto, encubierto por los silencios de un pueblo.