Palabras de los directores
“La sudestada es nuestra primera película de ficción, una adaptación de la elogiada novela gráfica de Juan Sáenz Valiente, publicada en Argentina y Francia. La sudestada pone en escena un universo noir y onírico, un encuentro de universos opuestos en el que los protagonistas se mueven y bailan, una y otra vez, como jóvenes espíritus. La premisa inicial de nuestra película cumple con las reglas del género de detective, Jorge el “Sabueso” Villafañez (65) es cínico y gruñón, y está detrás del enigma de la misteriosa coreógrafa Elvira Schulz, encarnada por la legendaria Katja Alemann. Una vez que Villafañez sigue la pista hacia Elvira, se le abre un mundo que no sabe cómo descifrar y que al mismo tiempo logra desarmar todas sus certezas. El Sabueso Villafañez no sólo se enamora de la belleza de Elvira, más que eso, comienza a descubrir el placer de la danza.
Sobre esta trama de seguimiento y misterio, se van sumando capas de oposiciones que construimos para la película y la puesta en escena: el Sabueso Villafañez vive solo en una zona ruidosa de la ciudad, mientras que Elvira se mueve entre el escenario, y una misteriosa casa en el Delta. La exploración y contraste de locaciones, entre la ciudad y el Delta, nos interesó particularmente, para poder plantear una elaborada puesta en escena de los mundos de los personajes y cómo estos espacios comienzan a afectarlos.
La sudestada que golpea a los personajes es literal y poética. El viento que inunda la zona del Delta y de la ciudad afecta definitivamente a Jorge y a Elvira. La tormenta y la inundación que provoca, fuerza el encuentro entre los personajes.
Todo lo que el sabueso Villafañez observaba desde la cómoda distancia del voyeur, se cae. Aquí aparece uno de los primeros quiebres que nos interesó explorar en relación con el género: el observador es descubierto, y más que eso, lo que ve comienza a jugarle en contra. A la vez, Jorge descubre por primera vez la belleza de la danza. Llevamos ese descubrimiento al máximo, y en más de un sentido, La sudestada es una película en la que la danza toma por asalto a la narración. Elvira Schulz y sus bailarines bailan, los amigos y amigas de Jorge bailan en un cumpleaños de 60, y hasta el propio Jorge, no va a tener otra opción que bailar. El cine es movimiento y duración, y las posibilidades de estos cuerpos en acción, sin las ataduras de los diálogos, nos permitió a nosotros jugar libremente con las posibilidades de puesta en escena que abre: travellings para el interior del personaje, cámaras fijas para la ciudad, cámaras en mano y montaje exacerbado para las escenas de baile.
Hacer esta película fue para nosotros una fiesta, una celebración de nuestra pasión por el cine. Creemos en el potencial artístico y performativo del cine, y pensamos que esta historia aparentemente directa, permite a la vez explorar un estilo autoral que puede abrirse a públicos más abiertos. Creemos en un cine de emociones y nos enamoran los personajes de nuestra película, con todas sus disputas morales y conflictos. El cine es el espacio por excelencia para las lágrimas, las alegrías y angustias, aquel donde todas las transformaciones son posibles, una gran fiesta, a la que todos y todas están invitadas a bailar.”