Palabras del director

“La película de Báñez debía ser contada con la premisa de no apartarse de un camino que –entiendo- él mismo diseñó. Debía beneficiarse del compromiso que implica contarla como si estuvieras contando una versión desde su perspectiva o de tu propia historia. No se trataba de coquetear con la objetividad sino de ser fiel con una estrategia previamente trazada. Esa estrategia nos dice que literatura y vida son una sola cosa. O al menos que se trata de un par perfecto. “Cuando muramos seremos una versión de nosotros mismos” dijo Gabriel y me sentí invitado a participar de un relato que pudo haber sido pensado como la obra maestra. Si tuviera que resumir en un solo concepto el espíritu de esta empresa diría que se trató de justicia poética. Un tópico literario –y del cine- donde se premia la virtud.”