Walter Fernández regresa a su casa de la infancia para cuidar de Claridad, su tía. Walter está atrasado con la entrega de las ilustraciones para un libro que se titula 200 años de viviendas argentinas, y su trabajo en la editorial pende de un hilo. Las historias familiares que Claridad le cuenta a Walter no solo lo ayudan a terminar el trabajo, sino que le despiertan el deseo de comenzar a dibujar la historia de su familia.