Palabras del director
“La comunidad de Amaicha del Valle tiene la particularidad de ser dueña de sus tierras y de otorgar a los nativos y descendientes, de manera gratuita, una parcela de tierra para que la produzcan o se construyan un hogar. Sin embargo cada vez son más los amaicheños que deciden irse de la comunidad alejándose de sus familias, costumbres y cultura.
Si bien, las dos historias que forman parte del film solo abarcan una pequeña franja de este desarraigo, considero que a través de la historia de Rubén Suárez, el documental refleja la situación de gran parte de los jóvenes de la comunidad, quienes tienen acceso a una educación terciaria, pero que luego difícilmente pueden aplicar dentro del ámbito laboral de la comunidad, por lo que se ven forzados a vivir y trabajar en otras ciudades.
La familia de Mirta, compuesta por cuatro mujeres de diferentes generaciones, logra subsistir en este entorno natural tan bello y duro a la vez, realizando tareas rurales y domésticas tal y como se hacían hace cientos de años atrás. Sin embargo, debido a las exigencias del mundo contemporáneo cada vez resulta más difícil mantener ese estilo de vida y basta con que uno de sus integrantes decida emprender otro camino para que la familia entera se desmorone.”