Palabras de la directora

“Cuando conocí a Patricio Crom, me dijo una cita de Atahualpa Yupanqui: “La guitarra, antes de ser instrumento, fue árbol y en él cantaban los pájaros. La madera sabía de música mucho antes de ser instrumento”. Su pasión por las guitarras me sedujo.
A través de su búsqueda y su amor por las mismas, hablo de las pasiones, de los esfuerzos por lograr objetivos.
A través de encuentros con diferentes exponentes de la escena tanguera de Buenos Aires (guitarristas con características diferentes como Horacio Avilano, Maximiliano Luna, Alfredo Sadi, Rodrigo Albornoz, Mirta Álvarez, Juan Villarreal, Alejo de los reyes, Mateo Castiello, Tape Rubin, Las Cuarenta), el documental busca acercarse a los distintos estilos, a la historia, y a las emociones que la huella de la guitarra deja en cada uno de ellos. Es un homenaje a la guitarra de Gardel y del tango, en manos de los mejores guitarristas es el camino para ello.
Paralelamente, dos guitarras antiguas -de principios del siglo pasado-, una que es igual a las que aparecen en las películas de Gardel, y otra de once cuerdas modelo Manjón, son restauradas por uno de los mejores luthieres del mundo, especialista en instrumentos antiguos, Sebastián Núñez.
En el camino, Patricio investiga acerca del modo de tocar esas guitarras, y se encuentra con un especialista en grabaciones antiguas, Guillermo Elías, para probar el modo de registrar los sonidos a la manera de antes.
La idea de Patricio es que las guitarras antiguas sean ejecutadas en manos de guitarristas durante la grabación de un disco en un espacio emblemático de la historia del tango, como el teatro ROMA, último lugar en el que Gardel tocó en Buenos Aires antes de su fallecimiento.
Lo que yo me propongo, a través de la búsqueda de Patricio de encontrar ese sonido de antes en las guitarras restauradas, es descubrir cómo la guitarra y la música pueden ser un canal para el encuentro, para mover emociones, para generar lazos, y crear historias.
Patricio es guitarrista de tango, además es titiritero y es una persona muy especial. Tiene un carisma inigualable y una inteligencia emocional única. Él se propuso encontrar el sonido de antes, y yo me propuse acompañarlo en ese camino.
La realización de un documental puede tener muchas maneras de encararse, y la que yo elijo es la de descubrir mientras hago. Encontrar la forma en el hacer, sin perder el eje de la mirada propia, dejándome seducir y conquistar por lo que en el camino sucede. Siempre ligada a mi amor por el tango y todas sus aristas.”