Notas sobre la producción

“Las 90 jornadas que duró el juicio fueron enteramente registradas por el canal público de televisión, en aquel entonces ATC, a dos cámaras en cassetes U-matic. El registro original se encuentra en su totalidad digitalizado, gracias a los esfuerzos del equipo de trabajo de Memoria Abierta (www.memoriaabierta.org), organización que custodia los originales y cuya participación es clave para la producción de esta película.

La búsqueda y obtención del acceso al archivo del juicio, esas 530 horas, se inició en 2013. Soñando con hacer una película que narre lo que allí aconteció, que a la vez cuenta la historia del horror argentino y su proceso de justicia.

No fue fácil dar con el material. En el canal público de televisión, que fue el encargado del registro, me negaron todo tipo de colaboración por temores a castigos políticos. En el AGN (Archivo General de la Nación Argentina) que tiene el material en custodia, me sugirieron que para evitar inconvenientes buscara el material en la Universidad de Salamanca (España) que también tiene copia del material en custodia. Parecía increíble. Más de tres décadas después del juicio, todavía generaba temores y reparos en pequeños funcionarios incapaces de tomar una decisión y correr con los riesgos.

En 2019, luego de mucho caminar, supe, a través de mis amigos de la Fundación Luisa Hairebedian (http://verdadyjusticia.org.ar/) que el material de archivo, las 530 horas digitalizadas, están en custodia de Memoria Abierta (http://memoriaabierta.org.ar/). Nos encontramos con el equipo de Memoria Abierta, llegamos a acordar los lineamientos para poder trabajar en conjunto y entonces sí, estuvimos listos para empezar a visualizar el archivo.

La etapa de visualización, descripción y acondicionamiento del archivo para su uso en la película duró 9 meses y fue realizada por Alberto Ponce (editor), Gisela Peláez (asistente de dirección y directora de producción) y yo. El material que fuimos recorriendo tenía algunos faltantes importantes y algunas cintas muy deterioradas por el tiempo. Por este motivo nos aventuramos a tratar de dar con la mítica copia en VHS alojada en el Parlamento Noruego. La historia de esa copia merece un relato aparte, pero para sintetizar, en 1988 por el temor que despertaron los distintos alzamientos militares posteriores al juicio, los jueces decidieron hacer una copia en casetes VHS hogareños y sacarla del país. De todas las instituciones consultadas fue la International Penal and Penitentiary Foundation, con sede en Dinamarca, quien ofició de nexo con el Parlamento Noruego, en cuyo archivo descansan actualmente los VHS. Con paciencia y perseverancia logramos entrar en contacto con las autoridades de ese archivo y gestionar en envío de una copia digital. Allí encontramos muchos fragmentos que no están disponibles en la copia original en Argentina. La película utiliza fragmentos de ambas copias.

Este hallazgo motivó la incorporación en la co-producción de la película de Dag Hoel (Dag Hoel Filmproduksjon, Noruega) que en ese entonces ya contaba con la inestimable participación de Alessandro Borrrelli (La Sarraz Pictures, Italia) y Richard Copans (Les films d’ici, Francia).

El profundo trabajo de análisis realizado sobre ambos archivos también puso en evidencia la necesidad de una nueva digitalización, tanto del archivo U-matic como del VHS en Noruega. En conjunto con Memoria Abierta desarrollamos un proyecto, actualmente en marcha, que coordina esfuerzos entre la Cámara Federal en Argentina, el Parlamento y la Biblioteca Nacional Noruega, con el apoyo económico de la Ford Foundation, para la digitalización y unificación de una copia máster del archivo del Juicio a las Juntas en 4K, con los estándares actuales de procesamiento, y que estará disponible al público a través de Memoria Abierta.”