Notas de los protagonistas

“Lo que me atrajo al leer el guion fue que hay un recorrido actoral muy interesante para un personaje en esta etapa de mi vida. Como que el recorrido, el momento de la vida de Natalia, lo que le está pasando en relación a su matrimonio, lo que le sucede con el otro personaje, son temáticas en las que sin dudas quería indagar. También me atrajo el tono en el que está escrita, que es como la vida misma, su cotidianeidad y al mismo tiempo su profundidad.

He visto todas las películas de Celina (Murga) y lo que más me impactó fue su registro naturalista, cuasi documental, en donde se mezclan actores que parecen personas de la vida real. Me dieron muchas ganas de conocerla y trabajar con ella.

Estoy muy emocionada ya que es la primera vez que trabajo en una película argentina. Siento que Argentina y México son países hermanos. He visto mucho cine argentino, tengo muchos compañeros y compañeras, actrices y actores en México que son originarios de Argentina o que de alguna u otra forma se fueron para México. He trabajado con varios actores argentinos pero nunca lo había hecho aquí (en Argentina), y es un lugar al cual tenía muchas ganas de venir porque sé que tiene todo un mundo de amor al teatro, toda esa efervescencia de ficciones interesantes, de grandes directores y directoras, estoy muy contenta. Hace poco que llegué pero puedo decir que me siento como en casa”.

Marina de Tavira

 

“Me interesó trabajar en esta película porque no tengo mucho recorrido en el cine más bien autoral, yo no creo en los géneros ni en los títulos, me parece que las películas tienen o no tienen vida, pasan o no pasan. Por supuesto que por el tipo de realizadora que es Celina, la atmósfera que genera su cine, lo vincular, lo que pasa con sus personajes y también por la producción, se genera una particularidad. Una garantía, una apuesta distinta.

Lo interesante para mí del guion es que muestra el trabajo que hace la sociedad patriarcal sobre las personas de una manera muy poco evidente, pero que está, y me pareció muy lúcido cómo se entrelaza esta red entre los dos personajes, el femenino y el masculino.

Creo que hay una poderosa reacción de parte del poder masculino, concentrado. Lo podemos llamar patriarcado y de muchas maneras, lo que sí es claro que la cultura, la historia de la cultura está contada desde la perspectiva masculina.

El desafío de hacer esta película fue descubrir de lo que uno se defiende porque, lamentablemente, cuando uno cree que sabe algo, ese saber no es algo que uno pueda utilizar en cualquier campo de trabajo.

El trabajo de campo siempre se modifica, es dinámico como el presente también lo es, y noté que al principio estaba un poco reactivo a algunas cuestiones que me costaban y rápidamente fui mejorando la escucha, fui tratando de trabajar lo más honestamente posible con mis inseguridades también como actor para poder interpretativamente estar integrado a lo que deseaba que sucediera Celina en la película con el personaje.

Creo que hicimos un trabajo minucioso, muy placentero, y es hermoso cuando sucede eso. Estoy muy habituado a trabajar así, sobre todo en teatro, que los tiempos de ensayo son diferentes y valoro mucho la visión, el cuidado y la perseverancia que tuvo Celina. También la perspicacia en el uso de las herramientas con las que me fue dirigiendo para poder habitar un personaje que al principio podría decir que no tiene expresiones o situaciones muy taxativas, sino que se mueve en un lugar de mucha duda.

En estos tiempos en los que vivimos es una zona no solo poco explorada, sino poco estimulada, así que fue muy interesante”.