Palabras del director

“La historia del grupo Nahuel Rosa se cruzó en mi camino por casualidad: en 2017, cuando cursaba la Especialización en Divulgación de Ciencia, Tecnología e Innovación en la Universidad Nacional de Río Negro (donde además me desempeño como realizador y editor de contenidos audiovisuales) una de las profesoras comentó como al pasar ─sin darle demasiada importancia─, que era integrante de “un grupo de mujeres sobrevivientes de cáncer que se junta para remar” y que “estaban viendo de organizar el mundial de botes dragón acá, en Bariloche”.

Esa simple frase alcanzó para intrigarme, así que después de clase le pedí que me contara un poco más. Grande fue mi sorpresa cuando me contó que hay “equipos rosa” en todo el mundo, que se rema en “bote dragón” porque esa técnica es la que ayuda a prevenir los linfedemas en los brazos de las mujeres operadas, porque produce un drenaje linfático natural (posibilitando reemplazar las sesiones de masaje y kinesiología).

Fue así que empecé a seguirlas con la cámara, sin saber muy bien en qué iba a terminar. Usamos el material para hacer una campaña de difusión de la actividad (esa campaña, titulada Mujeres con garra, fue premiada en 2022 por el Consejo Publicitario Argentino en la categoría Campañas con Impacto Positivo).

Domadoras de dragones está construido con el material recogido durante tres años, al que se sumaron las entrevistas que aproveché para grabar durante la pandemia de covid. Luego pasé cerca de un año editando lo que terminó siendo la película.

Con el imponente marco de los lagos y montañas de Río Negro, el documental va surcando aristas de temas diferentes como lo estrictamente deportivo, el aporte médico-científico que hace la Dra. Alejandra Canals, cuestiones sociales que se reflejan en la lucha por conseguir el apoyo político y gubernamental para el emprendimiento de estas mujeres, y también otras vinculadas a las dinámicas grupales.

Así, combina lo informativo y lo aspiracional. Habla de la superación (al nivel de salud, a nivel emocional y a nivel deportivo) y está atravesado por cuestiones de género, problemáticas económicas (a medida que el grupo reúne recursos para la financiar la práctica del remo y la compra de los botes dragón) y cuestiones sociales (respecto de los conflictos que surgen dentro del grupo y que llevan a la posterior fractura).

A mi entender, estos conflictos interpersonales ocurren en cualquier grupo humano, desde un consorcio de edificios hasta las reuniones de padres en los colegios, y esto me parecía que le confería a la película una universalidad mayor y la hacía más interesante aún.

Esta universalidad de temas (y al mismo tiempo el caso puntual que me convocaba) es lo que me atrapó y me llevó a querer retratar ésta historia. Creo que es un tipo de documental que le puede servir a mucha gente (si se me permite la expresión), mucho más allá del entretenimiento que pueda brindar a los espectadores.

El título refiere no solo a los botes que éstas mujeres usan para remar, sino también a los dragones internos que nos habitan a todos; en definitiva, todos tenemos dragones por domar.”