En 1952, Ernesto Guevara, un joven estudiante de medicina próximo a graduarse, emprende un viaje por Sudamérica junto a su amigo Alberto Granado, un bioquímico que está por cumplir treinta años. A bordo de una vieja motocicleta Norton 500 bautizada La Poderosa, parten desde Buenos Aires con un ambicioso plan: recorrer más de ocho mil kilómetros en cuatro meses, cruzando los Andes, bordeando la costa chilena y atravesando el desierto de Atacama hasta llegar a una colonia de leprosos en Perú.