Luciana, Maia y Yenifer comienzan a trabajar como cuidadoras en un hogar de ancianos, su primer empleo formal después de ejercer la prostitución. En los pasillos aislados del geriátrico, las tres mujeres trans forjan vínculos profundos con los residentes. Lo que empieza como un trabajo se transforma gradualmente en un verdadero hogar para todas ellas.