Julio y El Polaco, en años
lejanos, fueron amigos inseparables en su pueblo
natal, cercano a Necochea. La vida del primero
estaba regida por la obediencia a su madre, el
despotismo de su tío y un estilo de honradez. El
Polaco, en cambio, estaba más cerca de la
marginalidad y la violencia. Julio, convertido en
un hombre de negocios, se radica en Estados Unidos.
El Polaco siguió su rumbo en el lugar de aquellas
travesuras a veces muy crueles.