Palabras del director
“Durante el periodo de la cuarentena más estricta me pregunté incansablemente el sentido de filmar. A veces me resultaba imprescindible filmar y a veces me parecía inútil segur filmando. Una tensión permanente, por un lado, la necesidad de filmar el estado de suspenso que habitábamos, filmar ese estado líquido, suspendido, extrañado de todo, ese tiempo sin futuro y sin pasado. Era centralmente un estado interior, todo susceptible de ser filmado, por más que fuera exterior, ajeno, distante, diferente, todo, al fin, era uno mismo, toda imagen era una biografía desplazada. Todo esto entraba en tensión con la enorme proliferación de imágenes. En aquel momento sobraban las imágenes, exóticas, raras, desechables. La pura mecánica de las imágenes que terminan siendo imágenes sin imágenes, cuerpos vacíos, todo descartable, pobre, coyuntural.
Me pregunté entonces, ¿tiene sentido seguir filmando? ¿Tiene sentido seguir construyendo imágenes que serán olvidadas? ¿Y si nos quedamos sólo con las imágenes esenciales? En el medio de esa tensión leía y tomaba apuntes en libretas sueltas. Entre esos apuntes empezó a emerger la idea de filmar una especie de diario, un diario interno, personal. Un diario de imágenes donde el orden del paso del tiempo, de los días, fuera el orden de la cronológico de la filmación. Así es que escribí apuntes pensando en filmar durante todo octubre de 2021. Esos apuntes eran casi un guion de la vida diaria, pero más que guion era donde poner el acento y la mirada.
Así nació Casi todo sucede en los sueños: sensaciones, ideas, vértigos, ansiedades, porvenires, reflexiones. Todo ello expresado en una libreta de apuntes. Esa libreta fue una guía. Una guía y el pensamiento de cómo filmar, tomas fijas, siempre, para observar y permitir el devenir de lo que sucede dentro del cuadro. Encuadres cuidados, plenos, llanos y a su vez que sugieran y provoquen. Y siempre con una duración extendida que pudiera dar cuenta de la temporalidad, que a la imagen la atraviesen sensaciones y sucesos.
Los textos fueron modificándose en el camino, aunque siempre conservé la idea intertextual de que fueran sobreimpresos jugando con la imagen y en la imagen. Una palabra como génesis y después observar las manifestaciones del mundo, de una minúscula parte del mundo. Calles vacías, palomas, cielos lentos, cielos extraños, las gatas durmiendo, perros, árboles y obras en construcción.
Ver las imágenes y volver a escribir. El juego con las imágenes fue trayendo material antiguo, filmaciones caseras de mis hijos, material súper 8 filmado para películas anteriores que nunca había utilizado, así los tiempos se mezclaron y superpusieron, naciendo esta forma de ensayo fílmico. Casi todo sucede en los sueños es una exploración sobre la ambigüedad que expresa el tiempo, el pasado –que solo existe cuando el presente lo evoca–, y el futuro, sólo como insinuación. Hoy, dos años después de haber filmado estas imágenes, son constancia de ese tiempo, de otro tiempo, de nuestro tiempo.”