Según cuenta el historiador Fernando Martín Peña, esta película fue producida por la distribuidora Unión Cinematográfica Argentina de Julio Tello y estrenada en el Teatro San Martín como si fuera francesa "presumiblemente por razones de respetabilidad". Luego de la campaña en su contra del diario católico El Pueblo, el San Martín la bajó de cartel. El 4 de noviembre se anunció que la película se volvería a dar en un cine céntrico (el Cómico, donde ahora está el teatro Lola Membrives) y finalmente el 7 de noviembre el entonces intendente interino Adrián Fernández Castro resolvió la prohibición por "amoral". ("El extraño caso de un film prohibido", El País de Montevideo, 29 de mayo de 2009)