Palabras del director

A Little Love Package es una película en la que deseaba continuar con mi transición fílmica, en el sentido de trabajar con materiales inherentemente relacionados con una cierta tradición del cine narrativo, aunque todavía invertido en un registro documental y la epifanía de lo inesperado, que siempre me ha resultado muy natural.

Siempre estuve bajo cierto hechizo con respecto a Viena, desde que la visité por primera vez cuando era niño. Es mi locación ideal, mi paraíso cinematográfico. Una ciudad fuera del tiempo, llena de capas. Una arquitectura muy lejana a mi vida argentina, pero a la vez familiar.

Me interesaba retratar una Viena del siglo XX. Desde joyas modernistas hasta el Alt Erlaa de los años ’70. El Wienkanal, interiores privados y cafés legendarios donde diferentes siglos se condensan en capas presentes, una larguísima historia viva ya extinguida en la mayoría de las capitales europeas. Además, gags autobiográficos originales, como los relacionados con el contrabando de queso, inyectan humor en un hilo cinematográfico que está presente en todos mis trabajos anteriores.

Estuve allí durante los últimos días antes de la prohibición de fumar en los cafés. Y pensé que era un evento significativo, que cerraba una larga era y que sería una interesante introducción a una película.

Empecé escenificando para la cámara en una escala muy pequeña. En A Little Love Package di un nuevo paso en esta dirección, manteniendo atención al contexto y los paisajes en los que se mueven nuestros personajes, pero invirtiendo más en la artesanía de lo que llamamos ficción. En esta película, por primera vez, invité a varios amigos con los que tuve el honor de colaborar: actores, científicos y músicos. Colegas muy talentosos que juegan un papel clave en esta producción.

El solo de viola de apertura y otros fragmentos de Los espacios acústicos de Gerard Grisey aportan cierta tensión espectral y magia a nuestra película en contraste con otras piezas de diferentes períodos. Nuestro objetivo es crear una banda sonora más abierta con respecto a los estándares de mezcla tradicionales.

Mi segunda colaboración con Rui Poças ha sido crucial para esta película, que rodamos bajo un estricto confinamiento, en condiciones muy difíciles. Continué trabajando con Alan Segal, quien montó mis dos películas anteriores. Compartimos una forma de trabajar. Nuestra técnica se está optimizando más a medida que aprendemos cuáles son sus debilidades y fortalezas.